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Intervento Pirata al secondo Incontro per la Resistenza Globale Autonoma

Qui di seguito l’intervento della Pirata al secondo incontro per la Resistenza Globale Autonoma

 

Oaxaca, 25 de noviembre 2018

Antes que nada damos una combativa bienvenida a todas y todos,

Entre los y las presentes hay quienes vienen de muy lejos, quienes tuvieron que cruzar cielos, mares y caminitos de monte para llegar hasta aquí y honrarnos con su presencia. Les agradecemos de corazón este esfuerzo pues, al estar, valoran la necesidad de salirse de su rinconcito y echar un ojo, un oído, un latido a los otros rinconcitos de mundo en resistencia.

Hoy estamos acá, por el segundo año, buscando reconocer las fuerzas y los límites de las luchas autónomas. El año pasado nos vimos en Chiapas, en el CIDECI/Unitierra, y este año acá en Oaxaca. Nos citamos en territorios indígenas y rebeldes, pues de ellos siempre nos hemos inspirados, pues en ellos sigue fuerte la idea de colectividad que tanto nos hace falta en el mundo urbanizado, de donde nosotr@s venimos y luchamos.

Somos la Plataforma Internacionalista por la Resistencia y la Autogestión Tejiendo Autonomías, es decir la PIRATA. Rebeldes sin fronteras que vivimos entre México, Italia, Alemania, Suiza y Francia o en donde nos lleve la vida, los aprendizajes y la resistencia. No nos sentimos de un solo lugar, sino somos personas y colectivos que vivimos en constante tensión entre el echar raíces en los territorios para defenderlos y el andar lejos en otras luchas y culturas, en perene búsqueda de nuevas inspiraciones para la resistencia global. Por eso se nos ocurrió dar vida a algo como este Encuentro por la Resistencia Global Autónoma, en donde lo local se encuentra y reflexiona con lo internacional, en donde los colectivos debaten con pueblos y organizaciones, en donde las mujeres se reconocen iguales y diferentes entre las del campo y las de la ciudad, entre güeras y morenas, entre territorios verdes a defender y territorios urbanos a liberar.

Estamos en un mundo que tiende a ir cada vez más rumbo a una nueva doctrina autoritaria, una suerte de telefascismo, ideológicamente amorfo, fincado en los lugares comunes más triviales y violentos, representado por una derecha mundial populista, machista y racista, promotora del más salvaje capitalismo. Hay un debate en curso de qué tanto este nuevo fascismo tiene en común con aquel fascismo del siglo pasado que llevó pueblos enteros a una guerra mundial donde perdieron la vida cruelmente 60 millones de personas. Todavía lo estamos analizando, pero lo que sí ya sabemos es que Bolsonaro en Brasil, Salvini en Italia, Trump en Estados Unidos, Orbán en Hungría son expresión de un viraje violento de la sociedad hacia la intolerancia, un escape fácil al fascismo ante la crisis económica y de valores generada por el neoliberalismo. También sabemos que no vamos a esperar que haya otra guerra mundial para rechazar y luchar con todo medio necesario estos fascismos, pues en los hechos – como claramente nos dicen las compañeras kurdas y las compañeras zapatista – ya estamos en una guerra mundial: la del capitalismo contra toda la humanidad (y su planeta, agregamos nosotr@s).

En esta coyuntura, estimados compañeros y compañeras, no podemos no mencionar que la tormenta mundial generada por el neoliberalismo y sus derivas bélicas expulsa de los territorios a sus habitantes: cientos de miles de familias se desplazan cada día, cargando en sus pasos hambre, corazones agobiados y un cachito de esperanza por encontrar un lugar más sano en donde vivir. Les dicen migrantes o desplazados pero para nosotr@s son personas, seres humanos con el pleno derecho de vivir en donde más se les ocurra, pues en mundo donde la mercancía fluye sin fronteras exigimos que los seres humanos también tengan la innegable y absoluta libertad de asentarse donde más lo desea su corazón.

Les hablamos compañeras y compañeros desde la angustia de vivir y luchar en países donde se ha vuelto común linchar al pobre y al migrante, culpar a la mujer misma por ser violada y asesinada, criminalizar al trabajador en huelga, ridiculizar al estudiante que toma la calle. Una Europa en donde mucha gente aplaude los delirios nacionalistas y racistas de sus gobernantes, añorando dictaduras feroces. El coraje es mucho y el desafío es enorme. A veces la lucha es sólo sobrevivir y defender los espacios conquistados en otros tiempos. Pero si levantamos la mirada y buscamos bien en los valles y montes del presente, también miramos que allá donde la violencia enemiga ha sido más brutal (como en Siria y en Medio Oriente) es justo donde las flores están brotando y la revolución crece, aun con tropiezos y dificultad y mucha sangre derramada. Igual mirando acá entre la dignidad antigua de los pueblos indígenas, donde el desprecio y el racismo ha sido de lo más humillante, vemos que la organización no deja de reproducirse y crecer, a pesar de tantos asesinatos.

Será dura, compañeros y compañeras. Siempre lo supimos. Pero será.

Cerramos nuestra pequeña reflexión con un pensamiento fuerte a todas las mujeres que cayeron en la guerra del patriarcado, invitando a la autodefensa integral ante la violencia machista. Reiteramos la bienvenida y pasamos la palabra a estas luchas que, en todo el mundo, mantienen cargado de vida y rebeldía el porvenir.

La Pirata

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