5 de mayo de 2020
Con Jaime y la Brigada Callejera en el corazón
Compañerxs,
hoy nos enteramos de la triste noticia de que nuestro compañero Jaime Montejo, co-fundador, de la Brigada Callejera en Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, nos ha dejado de pisar esta tierra. Jaime estaba internado desde hace unos días en el Hospital General de la Ciudad de México con síntomas de COVID-19, ya que había estado, como siempre, poniendo el cuerpo en la primera línea, entregando apoyos a trabajadorxs sexuales en situación de desamparo por la pandemia, junto a nuestra compañera Elvira y a las demás guerreras de su organización.
Para nosotrxs Jaime, y la Brigada Callejera toda, son de los más grandes ejemplos de luchadorxs que hemos tenido el privilegio de conocer. Compañerxs que dan la vida todos los días para dar fuerza, cariño y capacidad de lucha a lxs que tienen que luchar por existir y arrancar su dignidad.
Brigada Callejera se fundó por los compas Jaime, Elvira y Rosa Icela, en el 1992 y empezó a trabajar por la defensa de los derechos de las trabajadoras sexuales en el barrio de la Merced en la Ciudad de México. Desde ese entonces no ha parado de crecer y profundizar su trabajo, enfrentando (y ganando) muchas batallas, como la del reconocimiento del trabajo sexual como un trabajo autónomo que se tiene que ejercer dignamente; la liberación de muchas mujeres y jóvenas de padrotes y madrotas que las tenían en condiciones de trata; la organización de cooperativas de trabajo de trabajadoras sexuales (especialmente trans); el establecimiento de clínicas comunitarias autónomas y gratuitas; la educación sexual y la prevención del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual; la autogestión económica a través de la producción de sus propios condones “Encanto”; el acompañamiento a migrantes centroamericanxs y población indígena; la articulación a nivel nacional de la Red Mexicana de Trabajo Sexual; la formación en periodismo de calle de las mismas trabajadoras; la discusión y el planteamiento desde abajo de las políticas públicas; la necesidad de atender desde la experiencia ganada la situación de crisis de la frontera sur en Tapachula… Toda esta lucha les ha implicado constantemente tener que enfrentarse al poder, a diferentes tipos de poder: al desprecio de las instituciones que hacen caso omiso, al de los nexos entre funcionarios del Estado y mafia de la prostitución, al de la policía, al del crimen organizado. ¿Y cómo? Perdiendo el miedo: denunciando, exigiendo, tendiendo la mano y autoorganizándose.
Jaime es uno de ellas. Un hombre en una organización de mujeres y personas con otras identidades sexuales, que se había atrevido a hacerse atravesar humildemente por sus enseñanzas, escuchando. Católico y marxista de formación que, dejando a un lado todo dogmatismo, había llegado a entender muy bien el significado del patriarcado sobre los cuerpos y a luchar contra él. Jaime llegó a México después de haber transitato la lucha revolucionaria en Colombia y escogió, de nueva cuenta con entrega revolucionaria, una trinchera que casi nadie escoge, si no es por necesidad. Jaime compartía con lucidez, tranquilidad y con análisis muy agudos, que llegaban, no sólo de su formación militante, sino principalmente de su propia experiencia directa por estar en la lucha todos los días. Le urgía que se entendiera, poniendo nombres y apellidos, que tan podrido estaba el sistema, le urgía desenmascarar la hipocresía.
Como P.I.R.A.T.A. hemos aprendido y no dejamos de aprender de la Brigada Callejera y de Jaime. Pensamos que encarnan el significado profundo del hacer política abajo y a la izquierda, del lado del corazón, como bien se encuentra en el libro que como Pirata tradujimos al italiano “La Otra Campaña y la Lucha de las Trabajadoras Sexuales en México”. Y, como además que compañerxs, también nos hemos vuelto amigxs, hoy estamos muy tristes porque ya no habrá más tardes de anecdotas con Jaime, más que en los recuerdos. Pero, cómo además de amigxs, somos también compañerxs, sabemos que él está adentro de nosotrxs con su ejemplo y que cada vez que nos preguntemos ¿qué haría Jaime? La respuesta será siempre la misma: poner el cuerpo en la lucha.
Hoy queremos dar un gran abrazo colectivo a Elvira. Decirte, compañera, que te queremos mucho. Que eres una mujer guerrera y que sentimos el dolor de tu corazón tan grande y valiente. Este abrazo esperamos dartelo pronto físicamente, pero ahora va con fuerza y ánimo desde los diferentes lugares en los que estamos.
También abrazamos a toda la organización y a la familia de Jaime,
¡Brigada Callejera no está sola!
¡Jaime Vive!
P.I.R.A.T.A
Nodo Solidario (Italia)
Nodo Solidario (México)
Colectivo Zapatista de Lugano (Suiza)
Aderenthes individuales